Tres semanas he convivido con esta extraña comunidad.
Periurbana pero rural, agrícola pero sin tierra fértil. Serrana, pero habitada por selváticos y pobre pero con una enorme riqueza entre manos.
Durante las encuestas, visitas y encuentros he conocido a gentes de todo tipo, constatando las palabras de Jorge Drexler: tan complicados los simples mortales y tan fácil saber qué se traen entre manos. Aquí y al otro lado del mundo.
Os dejo unas pequeñas imágenes de algunas escenas domésticas. Escenas que con más dudas que certezas ayudaré a mejorar.
Las cocinas de leña sin salida de humos, imperantes en todas las casas por la carestía del gas*, provocan problemas respiratorios en la población de la sierraEl desorden de las viviendas me hace recordar alguna habitación de mi casa... La falta de recursos obliga a las familias a criar patos, gallinas, cuyes o chanchos en sus propias casas para autoabastecimiento