Tras una larguísima temporada encerrado en la nubosa burbuja de Lima, salí por fin para ver el sol. Y no pude elegir un lugar más caluroso y natural.
Junto al Ucayali, nombre que recibe el Amazonas en uno de sus tramos peruanos, existe un enorme meandro aislado, llamado Yarinacocha. Lago de Yarina.
Aquí, Pablo (inseparable compañero de hazañas) y yo, fuimos invitados por unos entusiastas amigos limeños a convivir y trabajar en una de las comunidades shipibas (pueblo indígena de esta región de la selva) llamada San Francisco.
Charlando junto a Yarinacocha
Pusimos nuestro granito de arena en la enorme empresa que es la reforestación de la selva amazónica y aprendimos del buen hacer de una cultura que está aquí desde el principio de los tiempos.
Muy recomendable la experiancia de vivir a 30º con humedad del 80%, sin agua corriente, entre gallinas y perros y comido por los mosquitos en cada atardecer, muy recomendable siempre que eso ocurra en San Francisco de Yarinacocha.
El pabellón de reunión y comida de la familia
La arquitectura vernácula es de las mejores que yo he visto. Bonita, eficiente y fácil de construir.
viernes, 21 de agosto de 2009
domingo, 16 de agosto de 2009
lima_las combis
Sin duda, lo más soprendente de Lima para un viajero europeo, a parte de los edificios, es el transporte. Y sus degenaraciones.
Lima es un caso especial dentro de Sudamérica en mala calidad de transporte público.
En una ciudad de dos mil kilómetros cuadrados y ocho millones de habitantes, éste se fundamenta, exclusivamente, en pequeñas y viejas furgonetas de gestión y propiedad privada con trayectos y precios variables e imposibles de adivinar.
Quizá la explicación os parezca muy trágica. Pero la realidad para un foráneo es bien divertida.
Estas combis o micros cruzan la ciudad por los caminos más insospechados sin cumplir una sola norma de circulación y a velocidades de vértigo sin razón aparente. Como si se tratara de una competición automovilística.
Sus protagonistas conductor enloquecido y 'combista', o cobrador, son la fauna más dicharachera de la ciudad. Al llegar a las supuestas paradas, el cobrador abre la puerta en marcha y grita las calles que recorrerá la furgoneta con un tono lastimero propio del perú que, sospecho, proviene de los incas. Arequiiiiipa, Taaaaacna, Wiiiilson!!! Pura cultura.
Otro día taxis, un gran universo.
Lima es un caso especial dentro de Sudamérica en mala calidad de transporte público.
En una ciudad de dos mil kilómetros cuadrados y ocho millones de habitantes, éste se fundamenta, exclusivamente, en pequeñas y viejas furgonetas de gestión y propiedad privada con trayectos y precios variables e imposibles de adivinar.
Quizá la explicación os parezca muy trágica. Pero la realidad para un foráneo es bien divertida.
Estas combis o micros cruzan la ciudad por los caminos más insospechados sin cumplir una sola norma de circulación y a velocidades de vértigo sin razón aparente. Como si se tratara de una competición automovilística.
Sus protagonistas conductor enloquecido y 'combista', o cobrador, son la fauna más dicharachera de la ciudad. Al llegar a las supuestas paradas, el cobrador abre la puerta en marcha y grita las calles que recorrerá la furgoneta con un tono lastimero propio del perú que, sospecho, proviene de los incas. Arequiiiiipa, Taaaaacna, Wiiiilson!!! Pura cultura.
Otro día taxis, un gran universo.
martes, 4 de agosto de 2009
lima_bso
Algunas situaciones se me hacen ya extrañamente familiares. Y es que hay sonidos, situaciones y olores que son propios de cada lugar. Como los olores no son fáciles de reproducir y las situaciones son muy diversas, os presentaré los sonidos omnipresentes de Lima. De hecho, he demostrado que los autóctonos han dejado de oírlos.
Qué es eso, pregunto. Qué es qué, siempre me responden.
1. Las palomas callejeras, aunque son animales poco apreciados en todo el mundo, aquí tienen un graznido de lo más curioso. Sólo que es demasiado repetitivo y habitual. Y se acaba haciendo pesado hasta la agonía.
2. Alguién en Japón pensó una vez. Los coches que estamos diseñando son para Latinoamérica, un lugar muy inseguro, así que debemos hacer alarmas muy sensibles. Después una absurda ley nacional obligó a que todas las alarmas de los coches fueran iguales y muy llamativas.
El resultado de estos inocentes precedentes es insoportable. Miles de coches sonando a todo volumen al ritmo de una alarma de feria que cambia con el tiempo. En toda la ciudad, a todas horas y sin que nadie los toque.
¿Habéis probado a escuchar los sonidos de vuestra ciudad?
Casi se me olvida... Felices Fiestas!! y que viva Celedon!!
Qué es eso, pregunto. Qué es qué, siempre me responden.
1. Las palomas callejeras, aunque son animales poco apreciados en todo el mundo, aquí tienen un graznido de lo más curioso. Sólo que es demasiado repetitivo y habitual. Y se acaba haciendo pesado hasta la agonía.
2. Alguién en Japón pensó una vez. Los coches que estamos diseñando son para Latinoamérica, un lugar muy inseguro, así que debemos hacer alarmas muy sensibles. Después una absurda ley nacional obligó a que todas las alarmas de los coches fueran iguales y muy llamativas.
El resultado de estos inocentes precedentes es insoportable. Miles de coches sonando a todo volumen al ritmo de una alarma de feria que cambia con el tiempo. En toda la ciudad, a todas horas y sin que nadie los toque.
¿Habéis probado a escuchar los sonidos de vuestra ciudad?
Casi se me olvida... Felices Fiestas!! y que viva Celedon!!
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